10.1.08

Sentado...

Paciente, el guerrero mira el horizonte. Ya no hay futuro que lo perturbe, su mirada denota paz. Detrás quedaron sus huellas, la sangre derramada por los errores de combate, por las batallas desiguales. Aferra su espada, no la necesita ya, pero la enfunda, pues sabe que no puede dejarla de lado.

En su espalda, aquella cicatriz. Sus manos gastadas, sus ojos cansados. Sin embargo su mente esta calma, serena. Sus ojos vieron la luz, esa luz que lo hace ver el horizonte y solo pensar en presente.

Ahora descansa, cierra los ojos y no hay dolor, no hay terror. Cierra los ojos y solo se ve a sí mismo, sentado, mirando el horizonte ... y sonríe.

1 comentario:

Oswaldo Aiffil dijo...

Hola Gilberto! Esta prosa está asociada a la foto actual de tu perfil, ¿cierto? Muchos saludos!