
En su espalda, aquella cicatriz. Sus manos gastadas, sus ojos cansados. Sin embargo su mente esta calma, serena. Sus ojos vieron la luz, esa luz que lo hace ver el horizonte y solo pensar en presente.
Ahora descansa, cierra los ojos y no hay dolor, no hay terror. Cierra los ojos y solo se ve a sí mismo, sentado, mirando el horizonte ... y sonríe.
Ahora descansa, cierra los ojos y no hay dolor, no hay terror. Cierra los ojos y solo se ve a sí mismo, sentado, mirando el horizonte ... y sonríe.
1 comentario:
Hola Gilberto! Esta prosa está asociada a la foto actual de tu perfil, ¿cierto? Muchos saludos!
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