Libélula, aprendiéndo a volar

Conocí a Libélula en Junio del año pasado en nuestro lugar de trabajo. Ella es una hermosa persona, de esas que llevan luz a donde van. Siempre sonriente, siempre amiga, siempre allí cuando la he necesitado, aunque de férreo carácter cuando lo amerita.

Siempre me causó curiosidad, y ella puede dar fé de eso, que parece una viejita en el cuerpo de una hermosa jóven, pues tiene fuertes convicciones y principios, una manera muy de ella de ver la vida y una inteligencia sobre el promedio. ¿A que viene todo esto? Pues bien, mi querida amiga decidió iniciar su aventura bloguera para así regalarnos algo de escencia, de sus geniales ocurrencias y sobre todo de su amplio criterio. Bienvenida amiga, me tomé la libertad de darte esta bienvenida y desearte muchísmo éxito, no solo con tu blog, sino en tu en el hermoso proyecto de vida que estás por iniciar.