“Sé tierra”, dijo el maestro. “La tierra recibe las deyecciones de hombres y animales, y esto no le molesta. Muy al contrario, transforma las impurezas en abono y fertiliza el campo”.
“Sé agua”, dijo el maestro. “El agua se limpia a sí misma, y limpia todo aquello que toca. Sé agua en torrente”.
“Sé fuego”, dijo el maestro. “El fuego hace que la madera se transforme en luz y calor. Sé el fuego que quema y purifica”.
“Sé viento”, dijo el maestro. “El viento esparce las simientes sobre la tierra, hace que el fuego arda con más vigor, empuja las nubes para que el agua caiga sobre todos los hombres”.
“Si tienes la paciencia de la tierra, la pureza del agua, la fuerza del fuego y la justicia del viento, entonces eres libre”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario